martes, 21 de octubre de 2014

Es mejor agradar a Dios que a los hombres

Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Gálatas 1:10 RVR1960

   En la vida tenemos momentos muy agradables y otros no tan agradables, pero no dejan de ser significativos. Recientemente estuve participando de unos procesos en mi lugar de trabajo; uno de ellos parecía transparente y los otros dos tan viciados como de costumbre.
   En catorce años trabajando en la industría de dispositivos médicos he visto gente progresar y otros quedarse rezagados. He visto también como alcanzan sus metas a corto plazo mucha gente buena y profesional, y también como personas sin escrúpulos llegan bien lejos. Gente que va detrás del dinero y gente que va con unos principios morales por delante.
   También he visto ignorantes con muy buenos puestos y personas muy inteligentes siendo rechazados una y otra vez, porque no son personas que se dejan manipular. Por otro lado, hay quien se esfuerza por ser responsable, puntual, con un alto sentido de compromiso y a la hora de la verdad eso no cuenta.
   Ahora bien, a quien respondemos por nuestras acciones. En primer lugar a Dios, después a nosotros mismos. No soy una persona emocionalmente expresiva, el 85-90% de las veces no hay expresiones corporales fáciles de interpretar de mi persona y eso no significa que no sienta, es que para mi es más cómodo no emocionarme, porque así evito la frustración, la desilusión y hasta el mal humor.
   En fin, no vine a este mundo a agradarle a hombres y mujeres, vine a hacer un trabajo para el Dador de la vida, aunque imperfecto soy, no pierdo la oportunidad de llevar un mensaje de aliento y de esperanza a quien lo necesite. Se que Papá tiene algo mucho mejor para mi, aunque mis ojos no lo puedan ver se que Él está ahí.
   Nunca esperen de mi la lisonja, ni la adulación a otro ser humano. Mis respetos para ustedes, pero mi adoración y total admiración son para Dios, Jesús y el Espíritu Santo.
   Si yo quisiera agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo. 

lunes, 13 de octubre de 2014

Estar en medio de la escasez

Cuando estamos en la necesidad, es cuando entendemos a los que necesitan mucho más. Estos son deambulantes, drogadictos, alcohólicos y no menos cierto l@s trabajadores sexuales.

Ahora bien; de algo estoy seguro, Dios nos permite tocar fondo en muchas de éstas situaciones o en todas, pero no con el fin de que vayamos a descansar allí, sino para que nos impulsemos hacía arriba y busquemos a Cristo. No importa si del primer intento no llegamos a sus manos. Ya la próxima vez sabemos donde está el fondo, sólo tenemos que prepararnos a tomar un mayor impulso cuando lleguemos allí. Un consejo cuando vayamos de bajada no quitemos la mirada de Cristo. Dios bendice.