martes, 26 de mayo de 2015

No importa donde estés, se tu mismo siempre.

Por : Héctor L. Matías

Muchas veces nos encontramos con personas que se criaron con nosotros  (amigos del barrio o de la escuela e incluso familiares) , por alguna razón ajena a nosotros nos dejamos de ver y relacionar. En ese tiempo sin ver a esas personas pasaron cosas y eventos muy significativos en nuestras vidas.
Crecimos; eso no lo podemos evitar, lo que si podemos cambiar es en la manera en que crecemos. 1. Hacía los lados (por la mala alimentación y mucho tiempo sedentario) 2. Emocionalmente (nos enamoramos, sufrimos, nos hacemos duros, se nos mueren familiares, etc.) 3. Intelectualmente (estudiamos, hacemos nuestras carreras, nos culturizamos...) Y también ocurre algo que puede ser desde temprano en nuestras vidas o más tarde lo que hace la diferencia es que eso va a hacer que las tres cosas antes mencionadas tengan más sentido (no son las únicas).
Ese momento es cuando caemos a los pies de Jesús. Ahora bien, se que dirás, pero como voy a ser yo mismo después de conocerlo pues te voy a explicar. Hacía los lados, porque ahora si sigues las instrucciones bíblicas para comer verás como gente a tu alrededor tratarán de imitar tus nuevos hábitos alimenticios y ya no estarás tan sedentario, porque vas a querer demostrar que estás  más  sano.
Emocionalmente, ya no ves la separación, el sufrimiento y la muerte como pérdida, ahora vienen a ser ganancias. El Apóstol Pablo dijo en la carta a los Filipenses 1.21.RVR1960 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Intelectualmente, ahora sabes más de ciencia, arquitectura, ingeniería, finanzas, nutrición, etc. Esto nos permite entender otras culturas de miles de años atrás con relación a las cosas que ya mencioné.
Cuando pasa el tiempo y ves a esos amigos y ellos te reconocen pueden ver a aquel mismo amigo  que dejaron de ver por situaciones de la vida y nosotros poderle demostrar que somos el mismo amigo que se quedó o se fue, pero hoy somos mejores personas, dispuestos a compartir nuestra experiencia con Cristo.