martes, 26 de agosto de 2014

Levántate y anda

S.Juan 5:5-9 RVR1960

Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.

Sabes, que no importa si tu fe es como un grano de mostaza o como el Sol, cuando Jehová Dios decide tocarte, sanarte y perdonarte no hay manera que no se cumpla Su Voluntad. Porque en Él está tanto el querer, como el hacer. Cuando Jesús quiere hacer el hace, porque cuando a él le fue entregado todo el poder, demostró que es el Hijo de Dios declarando que te levantes tomes tu lecho y andes. Bendecidos.

martes, 12 de agosto de 2014

Una fe chiquita

Por : Héctor L. Matías

La fe en nuestra vida tiene varios tamaños para diferentes situaciones. Un ejemplo de esto es cuando nos acostamos a dormir, lo hacemos con la fe de que en la mañana (tarde o noche dependiendo del caso) nos vamos a levantar, pero comienza nuestra batalla cuando tenemos que bañarnos ( o no es así). Después de dudar si nos conviene o no, ahí vamos y despertamos.

También se puede comparar con encender el automóvil. Mientras el auto está nuevo sabemos que va a encender, pero cuando el automóvil se empieza a deteriorar comienzan nuestras fallas de fe.

Y así es en muchos eventos y depende de la persona o las personas asociadas a algún evento "X".

Ahora bien, cuando aprendemos a correr bicicleta necesitamos unas rueditas de entrenamiento, porque no confiamos en ciertas cosas que las tenemos por dadas, una de ellas es el sentido del equilibrio, éste lo vamos desarrollando poco a poco y vamos confiando en el, para así correr bicicleta. Pues la fe, la tenemos en nuestro sistema, el asunto es ejercitarla a diario hasta que ya no necesitemos las ruedas de entrenamiento.

Me dirán: "eso para ti es bien fácil, porque te relacionas con Jesús". ¡Pues te digo una cosa!, te equivocas tengo mis propias dudas con relación al tamaño de mi fe, en ocasiones, porque a veces veo la montaña como el Everest y otras veces como un reductor de velocidad. Y se que no necesito tanta fe, sólo como un grano de mostaza y ya sea el monte, montaña, duna, loma o un chichón en el suelo no se podrán resistir al poder de una fe chiquita. Piensa un momento si ponemos toda nuestra fe (toda nuestra confianza) en Dios, ¿no habrá obstáculos que no podamos rebasar?

Si todo eso lo puedo hacer con una fe como un grano mostaza, imagínate si mi fe fuera tan grande como el universo... Bendecidos.

lunes, 11 de agosto de 2014

lunes, 4 de agosto de 2014

Gracias - Parte V "Cuando hacemos algo y nadie nos dice gracias"

¿Cuántas veces pasas por un comedor dices "buen provecho" y nadie contesta? ¿Cuántas veces alguien estornuda dices "salud o Dios te cuide" y la persona sigue de largo? 

Bueno, ahora bien. Hace un tiempo atrás escribí algo relacionado a esto y comenté que no necesitamos escuchar un gracias audible, sólo necesitamos no refunfuñar y decir gracias Señor por permitirme desearle el bien a mi herman@, amig@ o simplemente a un total desconocido.

Son cosas que vienen cuando aprendemos a decir gracias o cuando nos vamos convirtiendo en monstruos de gratitud. No significa que los demás no lo vean sino que Dios colocó a alguien ahí cerca para que pudiera ver su amor a través de ti y tus acciones.

Cuando somos agradecidos, aprendemos que no necesitamos escucharlo, porque eso va a estar dentro de cada uno de nosotros. Pero cosas hermosas ocurren a través de esos que Dios colocó para que vieran nuestras acciones y den testimonio de esos actos.

Vean este vídeo para que entiendan.

http://postales.renuevodeplenitud.com/esta-madre-fue-sacar-dinero-del-cajero-automatico-y-nunca-espero-esto-estoy-secando-mis-lagrimas.html

Gracias por compartir.