Una decisión muy personal

No existe momento más hermoso en la vida, que cuando un ser humano cae de rodillas delante de Dios al aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador de su vida. Algo maravilloso ocurre, ¿sabes lo qué es?
El Espíritu Santo de Dios viene a hacernos compañía, a consolarnos y a darnos dirección, pero bien, ¿cuántos le hacemos caso a su Voz? ¿cuántos somos capaces de resistir las fuerzas del enemigo del bien (anti-Rey)?
Yo se que muchos no tenemos las fuerzas dentro de nosotros mismos para repudiar estos actos de desobediencia, pero Jehová está dispuesto a pelear la batalla por ti y por mi. ¿Cómo lo hace? Yo no se. Sólo se que lo que el enemigo dijo contra mi será presentado delante del Tribunal Celestial y mi Abogado estará allí para defenderme de las acusaciones del fiscal poniendo Su Sangre como precio para mi libertad.
Lo que se me robó, me será devuelto y lo que este señor malo me ató a mis manos, pies y cabeza, serán cortadas las ataduras por creer en Jesús. Y si en el momento de la Verdad, no pudiera ser perdonado por lo enorme de mi lista de faltas (pecados), desde éste momento, declaro que aunque sea arrojado al fuego eterno del mismo infierno, adoraré, glorificaré y alabaré el nombre del Señor Jesucristo, porque sé, que me amó con todas sus fuerzas, tanto fue su amor que entregó Su Vida por mi; y mi falta de obediencia me llevaron por el camino equivocado.  Gracias Dios por todo.