Por : Héctor L. Matías
Cuando hacemos la oración modelo que nos enseña Jesús en La Biblia tenemos que tener en cuenta que lo que estamos pidiendo está fuera de nuestro alcance. La oración comienza con un saludo a Dios "Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre", porque no somos capaces de saludar a quien podemos ver y Jesús nos invita a hacer bien a los que vemos porque si a él no lo vemos porque lo saludamos, no seamos hipócritas. "Venga a nosotros Tu Reino y hágase Tu Voluntad en la tierra como en el cielo", y somos tan soberbios que pensamos que podemos hacer todo por nuestras propias fuerzas, entonces ¿para que pedimos ayuda a Dios? "Danos hoy el pan nuestro de cada día", día a día, no necesito el de la semana que viene, porque cada día tiene su propio afán. "Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden", ¡si claro! Cuando alguien se nos cuela en una fila queremos arrancarle la cabeza y ni decir de un corte de pastelillo en la carretera. "No nos dejes caer en tentación y libranos de todo mal", Jehová en su infinito amor nos aleja de la tentación y como quiera ahí vamos a beber, a fumar, usar drogas y tener sexo sin control; y que nos libre de todo mal a veces lo que nos hace mal no es un evento, casi siempre son personas y Él escucha nuestra oración y aleja a esas personas y nos preguntamos porqué fulano o fulana ya no me habla o porque mengano o mengana me borró de Facebook pues nos está alejando del mal. "Amén", ¡que así sea! Pues ya sellamos el pacto con el Todopoderoso así que no hagamos reclamos cuando nuestra vida cambie. Seamos sensatos y hagamos valer nuestra palabra con Dios, no porque Él lo necesite porque Él es Dios con y sin nosotros, pero nosotros no somos nada sin Él. Bendecidos.
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