Es una palabra corta que encierra muchísimo. Este conjunto de sílabas tiene la capacidad de llevarnos por una carretera de dos carriles. Esto es porque cuando aprendemos a decir "gracias" por *todo (*todo = lo bueno y lo no tan bueno) aún cuando hacemos algo y no escuchamos un "gracias" por parte de la otra persona, nosotros podemos decir "gracias" porque pude ayudar.
Bueno, ahora bien, solo quien ha aceptado la misericordia de Dios para si mismo, entiende el verdadero valor de decir "gracias". Quien cambia la "quejabanza" diaria por un "gracias" aleja de su vida toda señal de amargura. Fíjate no tienes que estar de buen humor o de fiesta en el corazón para decir o aceptar un "gracias" porque la palabra misma hará un cambio en ti. Es importante entender y reconocer que vivimos en la "Gracia" y que la misericordia es la "gracia" de Dios que no merecemos.
Gracias por leerlo y compartirlo.
jueves, 26 de junio de 2014
¡Gracias! - Parte I
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